Este hilo conductor agrupa contenidos y actividades en torno a un tema o idea central que tiene significado para los niños y niñas y les motiva a actuar.

El centro de interés es un medio educativo que nos ayuda a globalizar e interrelacionar un conjunto de aspectos que, de otro modo, quedarían desligados entre sí. Este hilo conductor agrupa contenidos y actividades en torno a un tema o idea central que tiene significado para el niño y le motiva a actuar. El origen de los centros de interés lo encontramos en el ámbito escolar, cuando el pedagogo Decroly introdujo este método en su escuela, aglutinando las diferentes materias escolares en torno a un tema central, y vio que el niño captaba la realidad de manera global.

Si nos centramos en la educación en el tiempo libre, desde siempre la animación ha sido el intento de hacer actividades más participativas y vividas. Es por ello que también se utiliza el centro de interés como recurso motivador para educar a los niños desde sus propios intereses. En las colonias, de manera especial, la motivación será vital para conseguir que participen en los momentos y vivan las actividades con una sensación de excepcionalidad digna de este tipo de actividad.

El centro de interés debe conseguir que los niños y niñas se adentren cada vez más en el tema que se quiere trabajar, a hacerles descubrir y conocer cosas nuevas, debe hacerlos trasladar a mundos mágicos y de fantasía que queden grabados en la memoria de los niños. El hilo conductor de la actividad debe tener un proceso cuidadoso en su elección y también en la puesta en práctica. Se deben tener en cuenta muchos aspectos para que el recurso sea efectivo y haga que los niños y niños esten motivados para participar. Es necesario que sus vivencias sean auténticas.

Necesitaremos estudiar las características peculiares de los chicos y chicas a la hora de pensar en un centro de interés que nos sirva para los fines educativos que queremos conseguir y, que además, divierta.

Cómo escogerlo

Este eje pedagógico y de animación parte de que los chicos y chicas, de una manera espontánea y querida, se sienten motivados y actúan, se interesan, hacen, exploran, construyen y elaboran. Y el educador interviene, sobre esta base, como una herramienta que ayuda a resolver problemas, encontrar soluciones, etc.

Cuando hablamos de posibles temas, podemos recurrir a los clásicos, como por ejemplo: los indios, la máquina del tiempo, las brujas, la vuelta al mundo,... Pero también debemos recordar que hay que estar alerta a las novedades que despiertan los intereses los niños y también temas de actualidad como la inmigración o los conflictos mundiales.

A tener en cuenta

- Partir de los objetivos educativos formulados: esto debe ir ligado a lo que queramos transmitir y en lo que nos hemos propuesto para aquella actividad. Recordemos que los recursos educativos están hechos para facilitar la consecución de los objetivos.

- Partir de los intereses naturales de los niños: así el grado de implicación y la motivación serán mayores, y la vivencia, más auténtica.

- La edad de los participantes: un centro de interés puede ser válido para diferentes edades. Es necesario un esfuerzo de los monitores y monitoras para adaptar las actividades en cada franja de edad.

- Dar a conocer un tema concreto: hace falta un tema que se descubra a partir de las múltiples actividades. Este tema debe ser lo suficientemente amplio para poder abarcar diferentes actividades pero, a la vez, lo suficientemente concreto para no diluirlas.

- Potenciar las vivencias del grupo: las actividades se realizan en grupo, aunque cada uno saca su propia vivencia. Los miembros del grupo deben ser conscientes de que hay algo que los une en sus experiencias.

- Tener en cuenta los centros de interés anteriores: para que los niños no repitan experiencias vividas otros años. El centro de interés debe ser innovador y hay que estar alerta de los temas nuevos que interesan a los niños y que cambian año tras año: películas, personajes de dibujos, libros, etc.

- El ritmo del hilo conductor: el centro de interés se tiene que ir trabajando dando continuidad al eje de animación durante las colonias. Las diferentes actividades repartidas en diferentes horas o días no pueden perder su relación y los puntos de referencia con el tema global que nos conduce durante todos los días.

- La ambientación: hay decorar los espacios e infraestructuras de los que disponemos, dar nombre a los diferentes lugares del medio donde nos encontramos, utilizar un lenguaje adecuado al tema teniendo en cuenta el nombre que hemos puesto a los sitios. Un buen recurso consiste en tener un personaje que nos guíe a lo largo de todas las colonias y nos adentre en la época y en el tema. El equipo de monitores y monitoras velará muy por el tema de la ambientación. El centro de interés se debe vivir para transmitirlo a los niños.

- La elaboración de los materiales: los materiales utilizados deben tener relación con el tema elegido. Si hacemos actividades relacionadas con la edad media, debemos tener en cuenta el vestuario, útiles, etc.

Todos estos aspectos y muchos otros se deben cuidar para que el centro de interés esté bien atado y no sea sólo un tema de fondo que no relacione las diferentes actividades que se realizarán durante las colonias.

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Fuentes: ALEGRE, J. Xino-xano. Centres d'interès. Raima. Barcelona, 1991. Estris.

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