El Decreto establece las bases legales para que Cataluña disponga en los próximos años de un alumbrado exterior eficiente y respetuoso con el medio ambiente. Asimismo, tiene como objetivo lograr cuatro principios básicos en la iluminación artificial:
- Adecuar la cantidad de luz de manera que se utilice sólo la justa para llevar a cabo la actividad con normalidad.
- Dirigir la luz sólo en las áreas que hay que iluminar.
- Mantener la luz apagada cuando no se desarrolla ninguna actividad, salvo motivos de seguridad.
- Utilizar lámparas de alta eficacia luminosa, adecuadas a la visión humana y la actividad que se desarrolla.
Su implementación supondrá, a largo plazo, una reducción del 28 % de la luz que actualmente se emite hacia el cielo y una reducción del gasto energético de más de 90 millones de euros anuales.
Esta norma regula los nuevos alumbrados exteriores tanto públicos como de actividades económicas y su aplicación permitirá disminuir el consumo eléctrico cerca de un 40 % y la potencia media de las lámparas instaladas un 34 %; todo ello manteniendo o aumentando la calidad de la iluminación de los espacios públicos.
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