30/01/2019
La realización de colonias y salidas escolares se ha convertido en un elemento esencial del sistema educativo de nuestro país. Los días de convivencias permiten desarrollar las habilidades en un entorno que no es ni el académico ni el familiar y al mismo tiempo formarse a través del juego y las actividades al aire libre. Son sinónimo de vivencia, una invitación a experimentar y descubrir con la máxima motivación y los cinco sentidos. En las colonias la experiencia y el juego son el fundamento que motiva y consolida los aprendizajes de una forma única y consustancial. Y es que en este contexto, adquieren un componente de descubrimiento y un carácter especial: probablemente más intenso o más libre; pero, en todo caso, el de una oportunidad de aprendizaje.
Espacios de convivencia
Las colonias generan muchas oportunidades de interacción entre los compañeros de clase y entre los maestros y sus alumnos. La convivencia ayuda a conocer a los otros de manera más intensa y en reforzar el vínculo. Por otra parte, también es una buena manera para que el alumnado nuevo en la escuela se integre plenamente en el grupo. Así, las estancias escolares crean contextos idóneos de crecimiento y desarrollo personal y social para los alumnos y alumnas con experiencias reales de la vida. Permiten practicar la educación con metodologías vivenciales y participativas, que tienen en cuenta la experiencia personal de los niños y niñas , su entorno y sus necesidades. De este modo, podrán interpretar la influencia sobre las conductas propias y de los demás en un espacio de confianza que potencia el intercambio entre grupo, la autonomía y la resolución positiva de posibles conflictos.
Tiempo para experimentar emociones
Las colonias son una buena oportunidad para trabajar las competencias emocionales. Seguramente las salidas escolares, fuera del entorno habitual y lejos de la familia, despertarán sentimientos diferentes en los niños y niñas y los ofrecerán condiciones óptimas para explorarse y cuestionarse. A través de las diferentes propuestas educativas, pero especialmente también con la vivencia de las pequeñas acciones cotidianas que sólo se pueden dar en una actividad de 24 horas, practicarán y desarrollarán la conciencia emocional y la expresión abierta de lo que sienten. Durante las estancias escolares se crearán nuevos vínculos personales gracias a los momentos diferentes que se viven y a través de una comunicación abierta y de confianza, que permitirán practicar las competencias emocionales y poner nombre a los sentimientos.
Aprendizaje directo
A lo largo del curso, los centros educativos aprovechan para disfrutar de los entornos privilegiados de las casas de colonias, que ofrecen una gama amplia de actividades para niños y niñas y jóvenes. Las convivencias permiten a los alumnos y alumnas aprender de manera directa y a través de la experiencia los contenidos que se han tratado en clase y, además, hacerlo de forma que se impliquen a través del juego. Para que este aprendizaje sea efectivo, es interesante que en clase se haga el trabajo previo y posterior sobre el que se hará o ya se ha aprendido en las colonias.
Escuelas de medio ambiente
Las colonias son una buena oportunidad para que los niños y niñas y jóvenes descubran un entorno diferente al habitual. Por ello representan una fuente de riqueza que les permite ampliar la visión del mundo y desarrollar la conciencia ecológica a través de la educación para la sostenibilidad. Contacto con la naturaleza, aprender a través de la experiencia o conocer maneras saludables de destinar el tiempo de ocio. El medio en que se desarrollan las colonias es una fuente inagotable de conocimiento y de recursos para aprender. El entorno, mayoritariamente natural, de las casas de colonias y albergues ofrece múltiples posibilidades a los maestros para complementar el aprendizaje de los alumnos y alumnas con metodologías como la exploración, la observación, la experimentación y la reflexión crítica.
Un derecho fundamental
La realización de colonias y salidas se inserta dentro del proyecto educativo de los centros y, aparte de la función educativa específica, ofrecen la oportunidad de que todos los niños y niñas y jóvenes disfruten del derecho al ocio. En este sentido, la Ley de Educación contempla el reconocimiento explícito del valor educativo y socializador de las actividades de ocio y el derecho de todos los alumnos y alumnas a acceder en condiciones de igualdad. Además, este derecho también está recogido en la Declaració universal dels drets dels infants, en el Estatuto de Autonomía y en la Llei dels Drets i les oportunitats en la infància i l’adolescència. Sin embargo, es un derecho que no está regulado y por tanto, tampoco está garantizado. Así es habitual, por ejemplo, encontrar niños en situación de vulnerabilidad que no pueden participar de unas colonias por razones económicas o escuelas que hacen colonias escolares y otros que no. Estas desigualdades sociales crecientes ponen de manifiesto la necesidad de que las instituciones aumenten la inversión para facilitar la accesibilidad de todos los niños y niñas y jóvenes a las actividades de ocio.
Una tradición con futuro
Muchos son los motivos por los que históricamente, y desde hace ya más de un siglo, las colonias han tenido un papel importante dentro del proyecto educativo de muchas escuelas del país, las que siempre las han entendido como un espacio educativo donde se promueve especialmente la convivencia, la cohesión de grupo y muchas de las competencias personales y emocionales que se pretenden alcanzar a la ordenación curricular de las diferentes etapas educativas. Además, la modernización de las instalaciones, la incorporación de servicios pedagógicos, el logro de niveles de seguridad excepcionales y el rigor con que trabajan los profesionales que los cuidan, han convertido el hecho de ir de colonias escolares en un referente a nivel europeo. Pero en la amplia implementación de las colonias escolares también ha sido clave el empuje del colectivo de maestros y maestras que, movido por un espíritu vocacional indiscutible y un firme convencimiento hacia los beneficios pedagógicos que se obtienen en unas colonias, han generalizado uso de un recurso educativo que sigue siendo fundamental.
[Artículo de Gemma Ustrell Ibarz publicado en El Diari de l'Educació]