Vilalta afirma que "los estándares de calidad de las instalaciones juveniles son el resultado de muchos años de trabajo, hecha desde el rigor y la constancia, y la ACCAC ha jugado un papel muy importante".

Acabamos de dejar atrás el verano 2016 en el que, como cada año, miles de niños, niñas, adolescentes y jóvenes de toda Cataluña han tomado parte en las muchas propuestas de educación en el tiempo libre que se han organizado en todo el país. Estamos hablando de más de 4.800 actividades de tipo muy diverso: acampadas, centros de vacaciones, colonias, rutas, campos de trabajo ... Unas actividades que han movilizado más de 250.000 participantes y más de 30.000 educadores, lo que pone de manifiesto el buen estado de salud de la educación en el tiempo libre en nuestro país, así como de la calidad y la profesionalidad con que las entidades y las empresas del sector realizan su trabajo. De hecho, esto no es ninguna novedad: la educación en el tiempo libre ya hace muchos años que forma parte de la esencia de Cataluña, cuenta con un gran prestigio y arraigo social y ha tenido una contribución muy importante en la cohesión social y en la vertebración nacional del país.

Así, no es exagerado afirmar que Cataluña no sería lo que es sin la aportación de los movimientos de educación en el tiempo libre. Del mismo modo que la educación en el tiempo libre tampoco podría jugar el papel que juega si no contara con una sólida red de instalaciones juveniles a su alcance. Una red muy potente, que destaca por su nivel de prestaciones y que es una referencia a nivel europeo. Y nada de esto no es fruto del azar. Los altos estándares de calidad de las casas de colonias, de los albergues y de todas las otras instalaciones juveniles que encontramos repartidas por toda la geografía catalana son el resultado de muchos años de trabajo, hecha desde el rigor y la constancia, por parte de una gran diversidad de agentes (instituciones públicas, entidades de educación en el ocio, empresas del sector, etc.). Y entre estos agentes hay que contar, en un lugar muy destacado, l’Associació de Cases de Colònies i Albergs de Catalunya (ACCAC), que ha jugado un papel primordial en la construcción de este modelo de excelencia.

En este sentido, cabe destacar y poner en valor el gran esfuerzo que ha hecho, desde su creación ahora hace 30 años, para adaptarse a la evolución del sector de la educación en el ocio y, sobre todo, para ir ampliando y completando su oferta educativa. Hasta el punto de que, hoy, muchos de sus albergues y casas de colonias incorporan un auténtico catálogo integral de servicios educativos, que va mucho más allá de la oferta de manutención y alojamiento a un precio económico. Por todo ello, desde la Generalitat, además de felicitar la ACCAC por su 30 aniversario, queremos aprovechar la ocasión para hacer un reconocimiento público a su labor y en su trayectoria. Pero, también, para mirar hacia el futuro.

Porque, como probablemente sabéis, la Direcció General de Joventut (DGJ) está impulsando una actualización de la normativa sectorial del ocio. Y uno de los hitos más importantes de este proceso será la aprobación del nuevo Reglamento de Instalaciones Juveniles, que debe servir para ordenar y coordinar toda la normativa existente en esta materia. Actualmente, hay varios Decretos vigentes y la aplicación de uno u otro depende de la fecha de inscripción en el Registro de instalar aciones juveniles. El nuevo reglamento, pues, ha de servir (entre muchas otras cosas) para unificar todas estas normas. Asimismo, simplificará los trámites administrativos, reconocerá explícitamente la utilidad social y educativa de las instalaciones juveniles y dará respuesta a algunas de las demandas más recurrentes del sector, tales como la necesidad de replantear los sistemas de inspección de instalaciones o bien permitir que las casas de colonias puedan ofrecer sus servicios a grupos que no hacen pernoctación. La redacción del futuro reglamento ha contado con la participación de los principales agentes del sector de la educación en el tiempo libre, por lo que la propuesta se está construyendo con amplio consenso. Ahora queda superar la recta final, repasar los últimos flecos y afrontar su tramitación administrativa. Pero confiamos poder culminar este proceso lo antes posible.

Para terminar, y ahora que empezamos el nuevo curso, también me gustaría hacer un pequeño recordatorio: que la educación en el tiempo libre tiene continuidad más allá del verano. Tiene cada fin de semana, en las madrigueras y los centros recreativos de todo el país. Y tiene también continuidad en el mundo educativo formal, ya que las salidas y las convivencias escolares también son educación en el ocio, y representan una herramienta muy potente para complementar contenidos curriculares y, sobre todo, para trabajar la educación en valores y profundizar en otras aspectos educativos que se pueden abordar más fácilmente desde un entorno no formal que desde las aulas. Por eso, desde aquí, quiero animar a los centros educativos a sacar el máximo partido del potencial educativo de las colonias escolares. Y, pues, a aprovechar la magnífica red de instalaciones juveniles que tienen a su alcance durante todo el curso.

Autora: Marta Vilalta Torres, directora general de Joventut

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