El libro de canciones es un recurso educativo y dinamizador que ayuda a incorporar la música en las colonias. Seguro que en el futuro los niños, niñas, monitores y monitoras recordarán la banda sonora de la estancia, que les hará revivir la experiencia que han vivido.

Cantar es una actividad cotidiana y habitual en las madrigueras y los centros recreativos. La canción a menudo sirve de punto de partida para enlazar con otras actividades, o viceversa, y se integra en diversos momentos de nuestra vida en la entidad (celebraciones, colonias, presentaciones, despedidas ...).

Y es que la música constituye un elemento inseparable de la cultura y es un medio para comprender el mundo, la diversidad, desarrollar la capacidad creativa, la comunicación interpersonal y la expresión personal de ideas y sentimientos.

El repertorio

El canto debe permitir que los niños y las niñas disfruten del hecho musical por delante de las exigencias técnicas. Esto se conseguirá con un repertorio adecuado: motivador, con progresiva dificultad, que le permita enriquecer el conocimiento del patrimonio cultural próximo (geográficamente y en el tiempo) para irlo ampliando progresivamente.

Teniendo en cuenta la procedencia de los niños y niñas es recomendable combinar canciones originarias del mismo pueblo o comarca, con canciones de otra procedencia, en la lengua original o bien traducciones.

Como elaborar el libro de canciones

- El equipo de monitores y monitoras velará por que la recopilación de canciones sea adecuado para la edad de los niños y niñas y para que siga la línea de trabajo y de identidad de la entidad.
- Los niños y niñas deben hacer suyo el libro de las canciones. Por esta razón es recomendable que puedan participar de su elaboración recomendando algunas de las canciones.
- Siempre será bueno poner aquel himno o canción propia de las colonias o que le identifica como entidad.
- Es importante poner los créditos de cada canción: El título, el autor/a de la letra y de la música, quien ha hecho la adaptación. Así los niños y niñas conocerán las canciones que cantan.
- Hay que poner los acordes de guitarra. Aunque los niños y las niñas quizás no saben, es posible que nos encontremos con alguien que la sepa tocar.
- El mejor formato de un libro de canciones es el de tamaño cuartilla, ya que es más pequeño y fácil de transportar.
- Las tapas deben ser duras (Por ejemplo, de cartulina) y la portada debe ser bien bonita con un nombre, un lugar y una fecha. También se la puede personalizar cada niño/a.
- La letra debe ser clara, legible y la misma para todas las canciones para que sea agradable visualmente. Evitamos los recortes de fotocopia, de una fotocopia de una anterior fotocopia.
- Se pueden añadir dibujos que ilustren las canciones y hagan el libro de las canciones más atractivo visualmente.
- Si el libro de canciones es muy extenso, es recomendable numerar las canciones, hacer un índice y ordenarlas por tipología o temática (por ejemplo, rock catalán, canciones de todo el mundo, canciones de animación, ...).
- Se recomienda grapar o encuadernar el libro de las canciones. Si se centra en el centro de interés de las colonias, se puede hacer con anillas y así durante el curso, a medida que los niños y niñas aprendan canciones nuevas, las podrán ir añadiendo al cancionero.
- Es recomendable poner una gran variedad de canciones, de las más tradicionales y antiguas, hasta las más actuales y populares. Tenga en cuenta que también se pueden incorporar canciones de otras culturas con diferentes idiomas para fomentar la multiculturalidad o canciones que se puedan bailar.

Pero recuerde, sobre todo, que quien canta su mal espanta y el corazón ensancha!

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Foto: Esplac

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