04/03/2019
La trayectoria de las colonias escolares en Cataluña es extensa. Cerca de la primera quincena del siglo pasado, pedagogos como Artur Martorell defendían las colonias que se hacían en los Pirineos en términos de personalización y aprendizaje significativo. En la actualidad, diferentes evidencias de investigación internacional nos indican que si las colonias se desarrollan según parámetros de calidad educativa, fácilmente se generarán más oportunidades de aprendizaje para los alumnos. No obstante, su desigual relevancia en nuestro sistema educativo no parece evidenciar ni la trayectoria ni sus virtudes pedagógicas.
A continuación, señalamos algunos aspectos que pueden contribuir a un mayor reconocimiento de las colonias escolares. Hagámoslo partiendo de lo que nos dice la investigación educativa: el aprendizaje del alumnado no se correlaciona con el número de horas lectivas, pero sí con la calidad de lo que ocurre en la escuela. Asumimos, por tanto, que participar en las colonias escolares puede convertirse en un espacio amplio de aprendizaje si consideramos algunos de los siguientes factores:
Partir de una fotografía precisa y actual
No disponemos de una fotografía precisa que nos permita conocer su implementación en clave territorial, por etapas educativas, según el momento lectivo o las temáticas que trabajan, o según quien las impulsa. Sistematizar este conocimiento permitiría a la comunidad educativa desarrollar estrategias globales y basadas en evidencias.
Igualdad de oportunidades en el acceso como principio básico
El principio de equidad en el ámbito de las colonias escolares debe ser una condición y consecuencia de nuestro sistema educativo inclusivo. Este planteamiento parte de la convicción de concebir las colonias como un espacio estratégico para la construcción de relaciones entre el alumnado con diversidad de orígenes, trayectorias y perfiles familiares. Al respecto, necesitamos:
Su puesta en práctica puede permitir en el alumnado más interés y deseo de aprendizaje, más habilidades sociales y crecimiento socioemocional, más competencias para el trabajo en equipo o, incluso, más capacidad en la elección de estudios posteriores.
Desde una dimensión colaborativa y comunitaria
Trasladar la actual necesidad de promover una visión amplia y comunitaria de la educación nos plantea que una mirada 360 en el ámbito de las colonias escolares, sitúa el eje de conexión como elemento relevante. De hecho, poner en relación en un mismo espacio a miembros de la comunidad educativa para la organización o realización de las colonias, supone un incremento de las oportunidades de aprendizaje. Veamos algunas implicaciones prácticas:
Más formación y más reconocimiento
Son varios los ámbitos de mejora que habría que abordar para que las colonias escolares se conviertan en una práctica normalizada y extensa al conjunto del sistema educativo. A continuación destacamos dos: hay que fortalecer la formación específica, introduciendo contenidos didácticos y organizativos para que los docentes ganen en capacidades y confianza. Asimismo, existe margen de mejora en torno al reconocimiento de los docentes en términos de certificación.
Autor: Edgar Iglesias, profesor del Departamento de Pedagogía Aplicada UAB. Colaborador y miembro del jurado del Premio Interuniversitario Colònies i Educació así como de la Fundación Jaume Bofill y miembro de AEIRaval.